lunes, 11 de abril de 2011

jugamos a los bolos


Quien ganara

ahora vamos a jugar

El juego de la sidra se divide en varias fases. Podemos jugar cada fase por separado o bien todas seguidas. Aquellos jugadores que completen todas las fases en un tiempo record entrarán en nuestra tabla de "Los 10 mejores", y al mejor de cada 3 meses se le enviará una caja de sidra como premio.
La primera fase es la "Recogida de la Manzana", en la cual debemos de coger las manzanas que caen del árbol antes de que toquen el suelo. Además hay que estar atento a que los gusanos no inutilicen las manzanas que ya hemos recogido.
Jugar a la 1º Fase
La segunda fase es el "Lavado y Triturado de la Manzana", en la cual debemos de lavar y triturar las manzanas que pasan por una cinta transportadora, intentando evitar que ninguna se nos quede sin procesar.
Jugar a la 2º Fase
La tercera fase es la "Obtención de la Sidra", en la cual debemos obtener la sidra de las manzanas evitando que se nos pasen sin procesar y evitando echar la sidra en el tonel equivocado, además de controlar posteriormente el proceso de fermentación de la sidra.
Jugar a la 3º Fase
                    
La cuarta fase es el "Embotellado de la Sidra", en la cual debemos hacer que cada botella recorra todo el ciclo de embotellado. Primeramente se lava la botella con un chorro de vapor de agua y posteriormente se llena con la sidra obtenida en la fase anterior. Debemos tener cuidado y no romper demasiadas botellas antes de completar todo el ciclo.
Jugar a la 4º Fase
  
Arriba
 

algo mas sobre el museo


Archivo:Museo de la sidra.jpg

El museo
Una vez se atraviesa el tonel que une la recepción con el espacio expositivo, el visitante sigue el proceso de elaboración de la sidra, desde el cultivo de la manzana hasta su embotellado, pasando por la polinización o el prensado. La parte más interesante, sin duda, es la interactiva, puesto que la manzana que el visitante ha recibido a la entrada también pasará a formar parte del proceso productivo, siendo posible seguirla hasta su transformación en sidra.
En esta primera sala también se encuentran los diferentes tipos de máquinas que se han utilizado en la producción, cuyo uso es posible conocer gracias a los carteles explicativos y con la ayuda de los empleados del museo. A continuación el visitante puede conocer los ambientes más conocidos en los que se consume y disfruta de la sidra: el llagar o bodega, en el que se hacen las famosas espichas (celebraciones asturianas en las que se abre un tonel de sidra) o las sidrerías, más conocidas como chigres.
El Museo de la Sidra se incluye dentro de la red de museos etnográficos de Asturias, por lo que en su interior también recoge otras costumbres o tradiciones típicas de la región; entre éstas destacan la posibilidad de echar una partida “virtual” al bolo asturiano, o de interpretar sones (o por lo menos intentarlos) con la ayuda de una gaita eléctrica.
Para terminar la visita se presentan múltiples elementos gráficos y documentales relacionados con la sidra, como diferentes tipos de botellas de todo el mundo, una colección de etiquetas o la exposición de carteles de festivales de la provincia. Y de postre, como no, la oportunidad de escanciar y probar la sidra que se ha producido allí mismo. Todo un deleite para el paladar.




En esta primera sala también se encuentran los diferentes tipos de máquinas que se han utilizado en la producción, cuyo uso es posible conocer gracias a los carteles explicativos y con la ayuda de los empleados del museo. A continuación el visitante puede conocer los ambientes más conocidos en los que se consume y disfruta de la sidra: el llagar o bodega, en el que se hacen las famosas espichas (celebraciones asturianas en las que se abre un tonel de sidra) o las sidrerías, más conocidas como chigres.
El Museo de la Sidra se incluye dentro de la red de museos etnográficos de Asturias, por lo que en su interior también recoge otras costumbres o tradiciones típicas de la región; entre éstas destacan la posibilidad de echar una partida “virtual” al bolo asturiano, o de interpretar sones (o por lo menos intentarlos) con la ayuda de una gaita eléctrica.
Para terminar la visita se presentan múltiples elementos gráficos y documentales relacionados con la sidra, como diferentes tipos de botellas de todo el mundo, una colección de etiquetas o la exposición de carteles de festivales de la provincia. Y de postre, como no, la oportunidad de escanciar y probar la sidra que se ha producido allí mismo. Todo un deleite para el paladar.

Información básica

Es posible realizar una visita libre del museo de martes a domingo, en un horario bastante amplio (consultar en la página web), por 3'5 € los adultos y 2'5 € los niños de entre 6 y 16 años. Los martes la entrada es gratuita.
Otra posibilidad de visitarlo es mediante la “Ruta de la manzana y la sidra”, que se realiza los viernes de 10:30 a 18, y comienza en el Centro de Recepción de Visitantes de Nava. Dicha ruta incluye la visita al museo, a una plantación de manzanos o pomarada y a un lagar de la comarca.
Sea cual sea la opción que se elija para la visita, se trata de una manera didáctica e interactiva de conocer uno de los elementos más importantes del ayer, hoy y mañana de Asturias, y que seguro gustará y entretendrá a todos los interesados.
Asturias, además de ser un paraíso natural y un destino ideal para las vacaciones en playa y montaña, esconde algunos de los museos temáticos más interesantes de España. Uno de los más destacados se encuentra en plena comarca de la sidra, a 30 kilómetros de Oviedo y 35 de Gijón; se trata de el Museo de la Sidra.
La sidra
En la actualidad es posible encontrar sidra en muchos países (Alemania, Italia y Francia entre otros), y dentro de España se produce, además de en Asturias, en Guipúzcoa y Navarra, pero no cabe duda de que la mayor tradición y cultura sidrera es la asturiana.
El proceso de elaboración es mayormente artesanal. Comienza en primavera con la polinización de las abejas, que marcará la diferencia entre los diferentes tipos de manzanas y, por tanto, variedades de sidra. El verano es la época para la recolección de las manzanas, que serán seleccionadas, trituradas e introducidas en una prensa donde fermentarán, aproximadamente, cinco meses.
La sidra se almacena en grandes depósitos, situados en los lagares, conocidos como pipas o barricas. Tradicionalmente, para conservar la sidra en óptimas condiciones, dichos depósitos eran de madera y se encontraban soterrados. Actualmente se suelen utilizar grandes depósitos refrigerados de acero inoxidable.
El sabor de la sidra natural varía según haya sido la calidad de la manzana del año anterior, horas de sol que haya recibido, tipo de suelo, etc., pero, por regla general, su sabor suele ser fresco y ácido. Desde 2002 la “Sidra de Asturias” es un producto con Denominación de Origen Protegida, por lo que para su producción sólo pueden utilizarse las variedades de manzana autóctona.

para el lunes

muy bueno el recorrido de la comarca